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lunes, 7 de mayo de 2018

Ligia Vonblon



                                                     Ligia Vonblon

Nacida  en Tumaco, estudió en la Normal de Popayán, madre de 6 hijos y  escritora de  vocación tardía, reside actualmente en Estados Unidos, ha publicado 6 libros,   goza  de una sorprendente vitalidad incomparable para su edad ,una desbordante imaginación y una extraordinaria facilidad  para narrar. Recrea en su obra la magia y  las tradiciones del pacifico colombiano de su juventud y las experiencias de una vida  admirable
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"Allá, no lejos de los almendros, frente al mar, arrullada por ese eterno resoplar de la olas que llegan a la arena donde corren presurosas las piuras y gaviotas... arrullada por los vientos marinos y el tintinear de los cascabeles...la Niña Pola frente al paisaje  de ese mar sin límites, está esperando la noche para que él, su amado Salvador, venga a su lado y le cuente sus aventuras marinas... esas aventuras marinas vividas en las profundidades de los océanos entre continentes, donde Neptuno, el dios de los mares, tiene su morada de castillos dorados..."

Stella Estrada


                                                                      Stella Estrada

Nací en Tumaco, Nariño, Colombia. Realicé estudios de Ciencias biológicas en la Universidad Santiago de Cali y me doctoré  en el Instituto Santiago Ramón y Cajal (Universidad Complutense de Madrid).
He realizado estudios de Filología Hispánica en la universidad de Vigo, que no he terminado.
Actualmente trabajo como coordinadora de Salud Medioambiental en la Concellería de Educación del Concello de Ourense.
Desarrollo  otra de mis  pasiones, la literatura, escribiendo novelas y relatos cortos. Mi primera obra publicada en 2005 por la editorial Huerga y Fierro se titula El doctor sin letra. La segunda Írimo, de Ediciones Malberte, publicada en 2008. Mi tercera novela Nadie muere la víspera publicada en 2016 por El Cercano Ediciones. Además colaboro como articulista en un espacio “Indeterminado” en La Voz de Galicia Ourense. Las obras se presentaron en:
El doctor sin letra:
·         Feria del libro de Guadalajara, México.  El sábado 03 de Diciembre a las 17:00h, en el salón Afredo R. Placencia, ubicado en el Centro de Negocios de Expo Guadalajara. (FIL)
·         El Liceo Recreo de Ourense
·         En el Centro de Documentación ALECRÍN de Vigo
·         Feria del libro de Madrid, 2005
·          Feria del libro de Coruña
·         Feria del libro de Vigo
·         Centro de interpretación do Castro de Baroña  de Porto do Son (A Coruña)
Írimo
·         El Liceo Recreo de Ourense
·         Casa de Galicia de Madrid
·         Feria del libro de Ourense,  Vigo, Coruña y  Monforte de Lemos

Nadie muere la víspera
·         El Cercano
·         Feria del libro de Monforte de Lemos
·         Feria del libro de Coruña
·         En el Centro de Documentación ALECRÍN de Vigo
·         Biblioteca departamental de Cali
He presentado a los siguientes escritores:
·         Benjamín Prado en el Liceo de Ourense: Y todo vuelve
·         Marta Rivera de la Cruz  en la Feria del libro de Ourense: Retorcer un poco una historia
·         Antonio Vallejo en el Liceo de Ourense Cómo mirar dentro de uno mismo…
·         María Jesús González en el Liceo de Ourense: Placeres recuperados

Participación Literaria:
·         Día de la mujer: Círculo poético Ourensano
·         Jurado en Primer concurso de poesía infantil: Círculo poético Ourensano

Lo que se ha dicho de mis libros:
·         Carlos Caneiro, (escritorourensano)
·         Manuel Zabal, (Catedrático de lengua)
·         Xoán Pastor Rodríguez Santamaría (Concelleiro de Cultura)









Buraco, isla del encanto



“Imagine el mar Pacífico introduciendo sus perezosas aguas en los recodos de una isla. La arena negra salpicada de cristales blancos tan endebles, que se adhieren a la piel de  quien las contempla con la misma candidez con que el mar lleva y devuelve lo robado. Su nombre, Buraco.
Buraco es..., ¿cómo definirla? Es una mujer. Una isla mujer. ¿Ha pensado usted, alguna vez, que existe una isla con sexo definido?. Seguro que sí. La fuerza creadora viene de la imaginación del pueblo. Esto lo dijo un sabio profesor del también sabio Gabriel García Márquez.
Entonces, recurramos a la imaginación para imaginar que va usted sobrevolando desde lo alto de un pequeño avión, el caparazón de un recóndito lugar situado en el Pacífico sur. Y, efectivamente, verá brotar del mar un montículo de tierra al que sólo le permite alejarse dos metros sobre su nivel. Ni más ni menos. Una vez que el caparazón está abierto, verá partir a Carlota a Virgilio, Chila, Lorenzo, Aura que no pertenecen a la gente usté de su pueblo, pero que decidieron ir en busca de su particular renacer”.

Y como tinterillo renació, también, el protagonista El doctor sin letra:

Palabra que  en el argot buraqueño es  aquella persona que, sin tener estudios, tiene  talento natural para defenderse y defender a los demás ante la injusticia. Sus servicios eran requeridos por personas no menos ignorantes del propio pueblo y de los circundantes. Así que si usted necesitaba hacer la declaración de la renta, el doctor sin letra era la solución; que si tenía un problema con un vecino que no quería pagarle una deuda, le presentaba la demanda; si necesitaba dirigir una carta de amor a su novia, usted sólo dictaba que él escribía; que si le cortaban la energía por falta de pago, también de esto se encargaba. Todo lo que usted pueda imaginarse que ocurra en un lejano pueblo bañado por aguas del mar Pacífico, donde conviven mestizos, indios, negros y mulatos, donde los terremotos constantemente regalan con su presencia unos metros de tierra al mar, donde puede encontrar apodos como “mujeres blancas”, “bailembote”, “cacha gallinas”, “patepalo”, “chuchaciega”… y donde aparecen pasquines al día siguiente de la pelea entre dos curas españoles, con el espanto de la gente, aquí tenemos a un doctor que soluciona nuestras pequeñas batallas ante la burocracia en la que duerme la paz del pueblo”.

Estos fragmentos  pertenecen a mis novelas:  Írimo y  El doctor sin letra. Las dos se desarrollan en Buraco,  pueblo al que yo llamo la isla del encanto, porque todo lo acontecido allí parece el reflejo de la ensoñación de unos personajes que tienen la necesidad de realizar su propia emigración, ya sea dentro de sí mismos o saliendo de su entorno natural. Las dos son, también, el reflejo de donde nací, pero el lector puede encontrar los mismos sentires en cualquier parte, donde las injusticias siguen siendo la asignatura pendiente, no ya de los gobernantes de quienes en estos casos se espera poco, sino, de sus habitantes que dejan a la esperanza en manos de Dios y a Dios en manos del azar.  El doctor sin letra procura ser el reflejo fiel de un pueblo que se representa en la tertulia en la que participa el protagonista y sus tres amigos. A través de estos  hombres se vislumbra, también, la vida sometida a mil contradicciones e injusticias seculares, haciendo su propia emigración, no por contraste con la sociedad sino como protección ante los “perturbadores de su armonía”. Por lo que no tengo  necesidad de buscar otro lugar para manifestar la ilusión, la fuerza de la gente sencilla en busca de un porvenir más amable.

Si me preguntaran qué le puede decir la novela a un lector, que es el caso, les diría que no intenta nada que él no sepa. Sabe de emigración, sabe de los viajes de ida y también de los de vuelta. Puede ser una historia colonial en el sentido de que sus personajes, mayoritariamente, son de raza negra, y esta mezcla sólo fue posible en esos tiempos. Y criolla, en el sentido mimético que da la cercanía. Sobre todo, es una pequeña historia de vida, fundamentalmente.

En cuanto a la segunda novela, su título, Írimo, es una degradación de Írime y ésta, a su vez, otra corrupción acriollada de la voz Efik,  Idem  (máscara) y de otros  vocablos bantús fonética y semánticamente próximos que significan lo mismo; seguramente por “evocación  filiativa africana”. Los mitos  que introduzco en las dos novelas están basados en mi creencia de que la mitología es al hombre lo que el hombre es así mismo, un mito; y en ello sustenta su propia existencia: creando y preservando leyendas que determinarán su propio origen.

El protagonista, Virgilio, es un conductor de autobús, al que llama el carro de la ilusión. Dos chicas, Carlota y Chila, se suben a él. Las dos con el mismo destino, la huída. Pero con distinto final. El doctor sin letra, tinterillo de talento natural, exquisita y elegante corrección y bien hechor de los necesitados  junto al entusiasta Lico Bikó, joven, noble e idealista perseguidor de causas perdidas, que al final, pierde la esperanza en el hombre y se refugia en los Comics. Porque, a través de ellos y sus historias inventadas por otros hombres, no deja  perder la utopía de un mundo más amable. Lo que significa que aún perdiendo la fe o la confianza en sí mismo, no lo hace en la idea de que el hombre es el centro  de su propio universo.

Estos son los personajes que surgen de cualquier pueblo del pacífico colombiano, mi país de origen, al que dejé atrás con la sensación de haber nacido en el país equivocado. Pero, como dije antes, también lo es de cualquier rincón donde  la palabra justicia aún tiene significado. Y, como todo narrador  que pretende crear un mundo, a veces, de fantasías, aunque siempre con un nexo de unión con la realidad, éste, es para mí, el enigma que todo escritor tiene al comenzar, pensar una novela. Ya que no se trataba de hablar de lo que ocurre allí, en mi pueblo, en mi entorno. Se trataba de resucitar, recuperar, reivindicar, ese otro pueblo que habita entre un puñado de blancos que representa la oligarquía, junto a mestizos, indios, mulatos y negros, estos últimos, llevados  desde África, en principio por los Portugueses y más tarde por los Españoles, y que viven, la mayoría de ellos, al margen de los ideales propios de una nación que pretende ir “igualando la vida” de los demás “con su pensamiento” que  es precisamente, el ideal de los gobernantes colombianos. En este caso, nada que ver con los consejos  de Andrés Fernández de Andrada, poeta barroco sevillano, en su Epístola moral a Fabio. 

Soy hija de una cultura diversa en sus orígenes. Inevitablemente, pesa sobre mí la cultura occidental que me ha enriquecido y que me permite curiosear cada día, con más insistencia, en la literatura española. Por eso cuando me dicen que mis novelas recuerdan a García Márquez, me alaba, pero al mismo  tiempo no son mis lecturas de sus libros los que me identifican porque, si de eso se tratara, estaría más persuadida, por decirlo así, de Valle Inclán, al que he leído con más apasionamiento que cualquier otro escritor del que me sienta seducida. Pienso que, aunque  él, García Márquez,  hable con maestría de la naturaleza que compartimos, de las cosas que nos son cercanas, yo lo intento, con recato, de las cosas que esa misma naturaleza nos sugiere, y también, de la que me he ido  alimentando a través del tiempo vivido fuera de mi sitio de origen, incluido el hombre, claro está. Un hombre que vive bajo el influjo de los encantamientos con que sus gobernantes  acomodan la paz de sus sueños. Buraco, la isla del encanto."

Homenaje a las mujeres del Pacífico colombiano





Alfredo Vanin









Primer aniversario de Fuespacol


















Ligia Vonblon

                                                      Ligia Vonblon Nacida   en Tumaco, estudió en la Normal de Popayán, madre de ...